lunes, 10 de marzo de 2008

lagunas


El grupo de turistas se arropa y cubre sus cabezas con gorras de lana. Es el primer consejo de Paúl Wilches, guía naturalista del Parque Nacional Cajas, quien dice que, en su experiencia, si se mantiene el abrigo de los pabellones auriculares el resto del cuerpo puede soportar las bajas temperaturas.Con la ventisca heladas gotitas de agua azotan los rostros de los turistas que, encogidos de hombros y ocultas las manos en las mangas de las chaquetas, inician una caminata por el sendero de la laguna Toreadora.El grupo rodea un arbusto con flores amarillas, un cubilán, dice Wilches, quien compara a la planta con fotografías de un libro que abre aprovechando la luz del sol que penetra esquiva entre los nubarrones. Los andinistas arrancan hojas del arbusto que, al masticarlas producen un sabor amargo que les obliga a producir la saliva perdida y recupera el aliento en la travesía, relata el guía.El penco de un ahuarongo que ha perdido su flor, es pretexto para hablar de la dieta favorita del oso de anteojos, mamífero mayor de los bosques de las estribaciones de los Andes. La flor de chuquiragua llama la atención de Bernardette Jamillouse, secretaria de una escuela de Francia, que aprovecha sus vacaciones para recorrer Sudamérica con una mochila al hombro y una sonrisa, en compensación de su escaso español. Pregunta, con palabras en español, equivalentes a “fantastic” a su acompañante de viaje Alessandra, una suiza italiano española, que ha recorrido medio mundo con los ahorros que le brindan un trabajo de administradora de empresas en su país. Lleva nueve meses en este que es su segundo viaje por América y antes ha visitado Nueva Zelanda y Australia. Le tomará otros seis meses recorrer Perú y Bolivia.El bosque de árboles grandes y saludables al pie de una colina que remata en un macizo de roca flanqueado por los espejos de agua de un conjunto de lagunas.El sol ya no es tan esquivo y los espacios de azul contrastan en el horizonte con el gris del cerro Barrancos. El grupo de turistas sigue el curso de agua que desciende desde las Lagunas Unidas hasta la laguna Totoras. El guía aprovecha para hablar de la formación del complejo de lagunas de la época cuaternaria, entre uno y dos millones de años, cuando la zona ecuatorial estaba cubierta de glaciares; efecto de los deshielos que en las elevaciones se labraron pequeños valles en forma de U y las lagunas escalonadas como cajas.En la pequeña laguna Patoquinuas se escucha el graznido de los patos que anidan entre los mojones de la ciénaga y el croar de las ranas. La presencia de anfibios es una demostración de un ambiente ecológicamente sano comenta el guía en un momento de descanso que los turistas aprovechan para fotografiarse al borde de la laguna, con el fondo del cerro Taquiurco. Luego de casi tres horas de seguir los senderos entre el pajonal, los bosques y los cursos de agua, los turistas han cumplido con la única manera de conocer y disfrutar del Cajas, una buena caminata. (WGA)

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